15.4.13

Le llaman la crisis del cuarto de vida.

Te empiezas a sentir inseguro y te preguntas dónde estarás en un año o dos, pero luego te asustas al darte cuenta que apenas sabes dónde estás ahora.
Te empiezas a dar cuenta de que hay un montón de cosas sobre ti mismo que no sabías y que quizá no te gusten.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios. Y que cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato.

Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas y con más dolor.
Y quizá te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.

Atraviesas por las mismas emociones y preguntas una y otra vez, y hablas con tus amigos sobre los mismos temas porque no terminas de tomar una decisión.
Tratas día a día de entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no.
Tus opiniones se vuelven más fuertes.

De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando y de saber conservar bien el presente porque será tu única compañía en el futuro.
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro, que las amistades universitarias son las verdaderas y que estamos entrando a la realidad de nuestras vidas.  

A veces te sientes genial e invencible, y otras... solo, con miedo y confundido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario